PARLA – MADRID / 2019
La vivienda se ubica en un barrio de baja densidad, a las afueras del municipio madrileño de Parla, en una parcela libre de edificaciones que había sido utilizada como pista deportiva de la vivienda vecina.
El proyecto es el resultado de su estrategia de implantación: la colonización de un espacio libre, una antigua pista de tenis, para construir una vivienda.
Dado el interés de la propiedad por disfrutar de una casa cómoda y accesible, toda ella se desarrolla en planta baja, a excepción del garaje que se ubica en el sótano.
Sobre rasante, la vivienda se estructura en dos volúmenes prismáticos e independientes de diferentes alturas con una doble intencionalidad. En el interior, ambos volúmenes dividen el programa de la vivienda según su grado de privacidad y, en el exterior, permiten fragmentar la edificación adaptándola a la escala de las viviendas colindantes y a la pendiente del trazado urbano.
El espacio intersticial entre ambos volúmenes, se cose mediante una cubrición que organiza las conexiones interiores, posibilita la comunicación entre los diferentes patios y enmarca el acceso principal de la vivienda.
Las estancias interiores se abren hacia el exterior, impregnando de carácter a los diferentes jardines que abrazan a la vivienda. Se consigue así un estrecho diálogo interior-exterior que se potencia en la zona de estar mediante un porche orientado al Suroeste.
La materialidad del proyecto pretende aportarle coherencia y homogeneidad.
Dos láminas de agua cubren la cubierta de los dos volúmenes, proporcionando unas excelentes condiciones térmicas a la vivienda. En sus fachadas, el tratamiento blanco les permite dialogar con las edificaciones vecinas y su utilización en los cerramientos del espacio intersticial cubierto existente entre ellos, enfatiza la condición de volúmenes independientes, también desde el interior de la vivienda.
Un mismo acabado metálico cose ambos volúmenes cubriendo su espacio intersticial, subraya la conexión interior-exterior de la vivienda con las carpinterías de los huecos en fachada y otorga privacidad a las diferentes estancias y jardines mediante celosías.
El uso de un solo pavimento de resina epoxi da continuidad al espacio y difumina los límites entre el interior y el exterior de la vivienda. Por último, en el interior, la luz natural hace confortables cada una de las estancias, entrando a veces cenitalmente para iluminar aquellas que requieren una mayor intimidad.